Las personas en una organización aprenden y se vuelven más inteligentes con el tiempo que invierten en su trabajo. Sin embargo, muchas veces hemos visto que los errores y las historias se repiten una y otra vez. ¿Por qué ocurre esto? Yo digo: Falta de VOLUNTAD.

Esto es lamentable, puesto que la experiencia reunida por los colaboradores puede ser un increíble activo de la empresa. Es decir, los conocimientos adquiridos por años de trabajo y aprendizaje pueden convertirse en un poderoso componente de cualquier empresa. Si no es para la misma organización, entonces lo será para la competencia.

¿Cómo podemos convertir o recuperar los conocimientos en las empresas? ¿Lo estamos documentando? ¿Hay alguna manera de que ese conocimiento permanezca después de que el colaborador se marche a otro empleo? No hablamos solamente de documentar en un manual de procedimientos para hacer un rígido e inflexible proceso estandarizado.

Es importante documentar porqué hacerlo y para qué hacerlo (refiriéndome a las tareas y funciones). Cuando compartimos el conocimiento, la inteligencia se multiplica. Por lo que hay también que diseñar un sistema para intercomunicarse en la organización. Hay que identificar, recopilar, validar y comunicar las mejores prácticas.

Así todos los colaboradores alimentan el sistema y después aprenden para hacerlo ellos mismos. Esta es la razón por la cual las historias y errores se pueden repetir una y otra vez: No hay un proceso sistemático para compartir y aprender las experiencias. Dicho conocimiento termina diluyéndose en el tiempo con la rotación de personal.

La mejor manera de repetir los casos de éxito es tener un sistema práctico y eficaz que te ayude a aprender. Esa es una de las maneras de re-escribir el código genético de tu empresa. Es un método para Formar ADN Empresarial.