Muchísimas personas detestan los lunes, y eso lo podemos observar hasta en redes sociales donde los memes hacen gala del gran malestar social que es iniciar la semana después de un delicioso fin de semana.

Este comportamiento quizás tiene sus raíces en aquellos tiempos cuando éramos jóvenes y nos obligaban a lo que quizás era la tediosa y aburrida escuela para muchos. Prácticamente te arrancaban de tu cálida y confortable cama para ir a tomar clases que no querías.

Sin embargo, ir a trabajar en lunes para muchos es más que un disgusto pasajero. Las estadísticas nos demuestran que cerca del 83% de las personas están insatisfechas, en alguna manera u otra con sus empleos. Y lo que es peor todavía, un gran número de personas dentro de ese porcentaje no solamente están infelices, sino que además ODIAN sus trabajos.

A estas personas yo les llamo desvinculadas activas. Esto se refiere a que son personas que odian, detestan con cada fibra de su alma el ir a trabajar. Ojo, no la acción de trabajar como tal, sino el trabajo, el entorno, el jefe, los compañeros, su estación, su lugar, lo que hacen, su actividad, inclusive quizás su profesión.

Esta es una realidad para esas personas y para ti como jefe que los tienes en tu plantilla laboral. Lo malo es que nadie tiene porque sentirse así. La vida es muy corta como para sentirse miserable en el trabajo. Por eso, yo te quiero compartir 3 claves, sencillas pero efectivas, para que no odies tu trabajo en lunes, o cualquier otro día de la semana.

Punto 1. Que tu trabajo no sea lo primero que hagas.

Si tu horario te lo permite, haz un esfuerzo extra por levantarte más temprano y hacer alguna actividad recreativa o un pasatiempo. Puede ser desde practicar un deporte hasta un pasatiempo como pintar o cocinar. El objetivo es comenzar tu día haciendo algo que disfrutes, en lo que no sea un “trabajo” como tal.

Punto 2. Busca la raíz del problema.

Exactamente, ¿qué es lo que te molesta de tu trabajo? ¿Qué es lo que te hace ser infeliz? Haz un ejercicio de reflexión y piensa en lo que debería pasar en tu día para que seas feliz. Quizás tengas un mal jefe, o recibas un mal trato de tus compañeros de trabajo. Quizás sea que recibes demasiada presión, o por lo contrario, que no recibes nada de estrés y no te sientes desafiado.

Piensa en las cosas que te harían feliz y se muy puntual en lo que determinas que es el problema.

Punto 3. Ajusta tu actitud.

Una vez que hayas comenzado a adoptar cambios en tu vida, el más grande que tendrás que adoptar será el ajustar tu actitud. En varias ocasiones me han preguntado: “Arturo, ¿de verdad tengo que dejar mi empleo si no me gusta lo que hago?” No es una pregunta fácil de responder, y ciertamente es algo para lo que yo no te puedo dar una respuesta.

Lo que si sé es que la vida es muy corta como para hacer algo que odias toda la vida. Tú eres el dueño de tu felicidad. Ni tu jefe, ni la empresa ni nadie es responsable de tu bienestar emocional.

Ajusta tu actitud ante la vida y toma las decisiones que creas necesarias para ser feliz. Nunca se es demasiado viejo para probar cosas nuevas, haz los cambios ya.

Y finalmente, si conoces a algún amargado que se esté quejando constantemente en el trabajo, compártele este video. Estoy seguro de que habrá alguien que necesite escuchar este mensaje.

No te olvides, la felicidad es para todos en todo lugar. Por eso, quiero compartir contigo el proyecto Cómo Ser Feliz En Mi Trabajo, un plan de capacitación integral que nos dice que para ser productivos primero necesitamos ser felices.

No es un tema abordado por simpatía, sino porque la supervivencia de tu negocio depende de ello.

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