Qué hacer cuando tu trabajo no es lo que soñaste pero no te puedes ir. La enfermedad de “odio mi trabajo pero…” es un mal que azota a muchísimas personas del planeta. ¿Qué haces cuando tu odio por el trabajo va más allá de lo que puedes soportar? Siempre lo he dicho: lo peor que te puedes hacer en esta vida es forzarte a levantarte temprano cada día, bañarte y vestirte para ir a romperte la cara por un trabajo que odio. Y mientras conduzco hacia mi trabajo, decirme a mí mismo: “¡Demonios, odio mi trabajo!”. Entras a la oficina o estación, pasas la tarjeta por un reloj checador, y pasas a primera hora de la mañana al lugar donde estarás el resto del día, todos los días… cada día del maldito año. “¡Diablos, odio mi trabajo!” – dices para tus adentros. Ese es una horrible realidad que (de acuerdo a sondeos) viven el 80% de la población o más que trabaja. Y es que de acuerdo a un ejercicio que realicé en Google utilizando las palabras “Odio mi trabajo pero…” me encontré unos tristes ejemplos, que indican que un GRAN número de personas se dicen para sí mismas: “odio mi trabajo pero…”
- “Odio mi trabajo pero me pagan muy bien…”. Sí, es verdad, encontrar un empleo que te pague muy bien es algo muy difícil, y estás consciente de que estás sacrificando tu felicidad por una muy buena paga y prestaciones que superan a las de la ley.
- “Odio mi trabajo pero necesito el dinero…”. Quizás no te paguen muy bien, pero lo que recibes es suficiente para cubrir importantes necesidades, como mantener a tu familia, pagar la hipoteca, colegiaturas de los niños, y quizás hasta situaciones tan delicadas como un familiar en situación de salud crítica y cuentas de hospital por pagar y medicinas por comprar.
- “Odio mi trabajo pero no puedo dejarlo…”. Posiblemente te haya costado mucho trabajo tu empleo, o quizás eres una persona clave en la operación del negocio. Sea cual sea el compromiso que hayas adquirido en tu trabajo, hay algo que te impide simplemente renunciar y buscar otra cosa. Te has convencido de que algo horrendo ocurrirá si te vas de la empresa.
- “Odio mi trabajo pero lo necesito…”. A lo mejor no te pagan muy bien, o te pagan apenas lo suficiente, el dinero usualmente es siempre un factor de importancia a la hora de decidir si necesitas un empleo. Sea mucho o sea poca la cantidad que recibes, la necesitas y no puedes darte el lujo de renunciar. ¿Qué puedes hacer?
Odio mi trabajo pero no puedo dejarlo. ¿De verdad no puedes dejar tu trabajo? En una ocasión, al finalizar una conferencia donde hablo sobre el tema de la vocación en el trabajo, una persona se me acercó y me preguntó: “Arturo, entonces, ¿tú me recomiendas dejar mi trabajo si lo odio? Una pregunta compleja que no puede ser tomada a la ligera. Esa persona estaba genuinamente preocupada por su bienestar. Odiaba su trabajo, pero uno simplemente no puede decirle que renuncie y ya. Como en toda decisión importante, siempre hay consecuencias graves, y dejar tu trabajo siempre acarrea consecuencias muy graves. “Si tú cada día sientes que tu trabajo te está robando la vida, no lo permitas. Yo no te recomiendo dejar tu trabajo si lo odias, yo te recomiendo que te permitas a ti mismo el buscar aquello que te apasiona hacer en la vida, y en lo que crees que podrías pasar felizmente todos los días de la semana.” No me malinterpretes, nadie te puede decir a ti que hacer, no es decisión de nadie sino tuya. De ti solamente. No puedes decir: “¡Pero Arturo me dijo que renunciara!”. Tú eres el capitán del barco de tu destino. Si odias tu trabajo, está en ti el decidir. “No puedo dejar mi trabajo”. Esta es una excusa que la gran mayoría de las personas dicen. Una de las mentiras más comunes que nos decimos es que “cuando tenga mucho más dinero, voy al lugar de mis sueños y voy a poner una empresa”. O “cuando ascienda en la empresa seré feliz”. El peligro de esta mentira es que poco a poco anestesias tu propia felicidad y eres arrastrado a una rutina primero por meses, luego por años, y después por décadas. La situación de todos es complicada: tenemos hijos, tenemos familia, tenemos compromisos financieros, tenemos obligaciones que cumplir, y siempre las vamos a tener. Siempre habrá algo que demande de nosotros. Si te dejas ahogar por los compromisos y los usas como excusa para no hacer las cosas, entonces nunca harás nada. Cada día miles de personas dejan los trabajos que odian y deciden buscar aquello que les apasiona hacer. Y todos en situaciones iguales o hasta más complicadas que las de nosotros. Quizás en un momento de indiscreción juvenil decidiste trabajar “porque eras joven y necesitabas el dinero”. Quizás estuviste en una situación muy crítica de tu vida donde necesitabas el dinero para resolver los problemas que exigían de ti alguna solución. Quizás simplemente no sabías para que eras bueno porque eras muy joven y ahora estás tan sumergido en un trabajo que simplemente no le ves salida. Soluciones. Hubo un día en mi vida, en el cuál sonó la alarma, y me exclamé: ¡chingada madre, tengo que ir a trabajar!”. Fue en ese momento en el que me di cuenta de cuanto odiaba a mi trabajo, y de que no podía seguir viviendo así. Era un excelente trabajo que me pagaba mucho más que bien. No fue para nada fácil dejarlo, y el renunciar me costó muchos días que considero obscuros. Pero una vez que ya decidiste que debes hacer al respecto, ¿qué debes hacer exactamente?
- Ten hobbies y alternativas.
Aparte de odiar tu trabajo, ¿qué más has hecho? No se trata solo de brincar al vacío, debes conocer cuáles son las cosas que te gustan hacer. Creo que si vas a renunciar a tu trabajo es porque al menos tienes alguna actividad en mente sobre lo que verdaderamente te gustaría hacer. ¿Te gusta pintar? ¿Pilotear un avión? ¿Te gustan las finanzas? ¿Quieres abrir un negocio? ¿Qué?
- Sal de la zona de confort.
Cada día haz algo distinto. Prueba cosas nuevas. Inclusive, algo tan pequeño como desayunar algo distinto puede servir. Aprende a bailar, ve de vacaciones a un lugar donde nunca antes hayas ido, busca nuevas formas emocionantes de ganar dinero, lee nuevos libros.
- Cambia tu actitud: sé proactivo y positivo.
Deja de quejarte. Las quejas no sirven y aparte merman tu imaginación y creatividad, los cuales son dos elementos que necesitarás y mucho. Ser positivo ayuda a tu cerebro a encontrar alternativas y opciones. Ser negativo te enfoca en el problema y te ahoga en un vaso de agua. “Odio mi trabajo pero…” es un mal que azota al 99% de las empresas en todo el mundo. Y si, es un problema que NO se resolverá enteramente nunca. Pero eso no significa que no haya algo que se pueda hacer al respecto. Es nuestra tarea el buscar mejorar el entorno laboral moderno. Te invito a que si te sientes así, y conoces a personas que comparten tu sentimiento, lleves la conferencia Cómo Ser Feliz en mi Trabajo a tu empresa u organización. Esta conferencia te ayudará a buscar y reencontrar la pasión por aquello que amas y tu trabajo. La conferencia Cómo Ser Feliz en mi Trabajo te ayudará a tener un propósito para partirte la cara por tu empleo todos los días. No hay motivos tan poderoso que te condene para siempre a ser miserable en tu empleo. Actúa hoy. Presenta una cotización a tu departamento de recursos humanos. Llámanos al 01 800 999 CEET o mándame Whatsapp al 55 61 70 26 00 Escríbeme a contacto@arturovillegas.com.mx